INSTITUCIONAL. Habida cuenta la realidad de que ningún -o casi ningún- club ha de tomar cartas en en asunto -vaya a saber porqué, o mejor dicho, sabiendo bien porqué- el tema de la intervención de la Federación Chaqueña de Basquetbol le pasó, sin querer, la pelota a los padres. Una asistencia en el vocabulario basquetbolero. ¿Porqué? Porque son ellos los mas interesados en que sus chicos no se queden “de a pie” en la presente temporada. Una temporada que ya se cobró -como lo dijo Super Basquet (casi “en exclusiva”, lamentablemente) sus primeras víctimas con los chicos U14 que, al no tener ninguna señal de la “intervención”, ya se quedaron sin Argentino de su categoría. Algo inédito en, por lo menos, los últimos 12 años en que la gestión anterior de la Federación condujo los destinos del basquetbol provincial. Asi las cosas, los padres de los actuales protagonistas de las formativas deberían ser, cual “caceroleros” -aquellos que salieron individualmente a protestar ante la falta de representatividad/compromiso de quienes deberían haberlos representado- los que salgan a pedir que el tema “intervención” salga de su letargo y permita que la actividad del basquetbol del Chaco regrese a sus cauces normales. Pero ¡ojo! No a cualquier precio. Porque no es cuestión de “que agarre cualquiera, pero que vuelva el basquet”, porque sino se estaría cayendo en la alternativa B del maquiavélico plan urdido por algunos que lo único que quieren es un poco más de ¿poder? por el poder mismo.