Jorge Lobera, un cuarto de siglo jugando y ganando

HISTORIA. Dueño de una extensa y exitosa carrera como jugador, que lo llevó a enfrentar a los mejores del momento tanto a nivel nacional como internacional, Jorge Sapo Lobera se prestó muy amablemente al diálogo con Súper Basquet ante el cual desgranó una rica historia de casi 25 años en primera división de, nada más y nada menos que el mítico Unión Progresista de Villa Angela.

“Mirá, jugué desde chico, Unión Progresista era “el patio de mi casa”, pero más seriamente, desde los 15 años, cuando llegó Antonio Manno” comienza relatando el popular “Sapo”.

“Carlos (Lobera) me llevaba 11 años, cuando yo empecé él ya era un referente; nosotros éramos una camada nueva, que con la llegada de Antonio, de los viejos solo quedó Carlos. Eramos todos píbes en ésa época que fue cuando arranco Progresista” detalla y amplía el ex escolta.

“A lo largo de su trayectoria como DT –en ése momento la palabra Vedime no existía- Manno lo que creo que marcó a fuego a Progresista fue que siempre jugó de la misma forma, siempre fue la marca asfixiante, toda la cancha, posesiones cortas, a partir de contragolpes, las posesiones eran de 8/10 segundos” analizó.

“El primer gran logro que tenemos con Antonio es el subcampeonato argentino en Catamarca en 1977; donde ya en ésa época defendíamos toda la cancha, y hacíamos atrape en muchos lugares de la cancha” recuerda para luego sentenciar: “Yo creo que mi gran formador fue Antonio”.

“El campeón de ése Argentino de clubes fue Lanús que en ése momento contaba con el base Hernández –uruguayo, con un tiro imposible de marcar y tremenda puntería- y Saber, un pivot zurdo como extranjeros; y después estaba Pellandini, Ipucha, Guithart, Fernández, un equipazo. Y en Progre, que no tenía extranjeros, y éramos todos jugadores de Villa Angela, estaba Orlando salinas, Carlos, yo, José Fernández, Carlos Vega –el hermano  mayor de Hugo-, Martin, Jorge Mancebo, Bonfanti, Juancito Suárez y el único jugador que trajimos de afuera, fue Gabriel Milovich. En ése momento Patonga tenía 17 años” rememora Jorge.

“Siempre estuvimos peleándola, con Antonio que fue un adelantado, nos hacía jugar lo que luego se conoció como Vedime; ése nombre recién lo escuché hace un tiempo. Nuestros rivales, muchos de Resistencia, nos decían “nosotros sabíamos que ustedes nos iban a marcar toda la cancha y que nos iban a correr el contragolpe pero no los podíamos parar”. Fue un sello que puso Antonio” cuenta con satisfacción el también tantas veces selección chaqueña.

Sobre como afrontaban semejante desgaste físico, Lobera acota: “En ésa poca no existía el preparador físico; por ejemplo nosotros llegábamos a entrenar y hacíamos 6 kilómetros de trote para entrar en calor, y él (Manno) se quedaba sentado en la cancha. Pero te puedo asegurar que a  nadie se le ocurrió nunca macanear en eso. Al contrario, nosotros nos peleábamos para ver quien llegaba primero, la mentalidad que teníamos era tremenda. En el caso de Antonio tiene mucho que ver la mentalidad que le imprimía al jugador. Si te tenías que tirar 10 veces de cabeza, vos te tirabas 15 para demostrarle; el tipo en ése sentido era tremendo”.

“Debuté en primera  a los 16 años; que fue el primer partido con Antonio como DT y creo que fue contra Caupolicán de Quitilipi. Y con Chaco debuté en juveniles, siendo el menor de todos, en un Argentino que se hizo en Tucumán, y yo tenía 15 cuando la categoría por entonces era hasta los 17; en ése equipo estaba en Cabezón Kung, Gelo Pérez, creo que Kike Cundom, y el Gringo Zanatta, entre otros. Y desde esa época hice grandes amistades; el básquet me dio grandes, grandes amistades” esboza sobre su carrera de casi un cuarto de siglo en primera.

“Jugué hasta los 39 años, siempre en Progresista, bah, hasta los 38, porque en ése momento Progresista tuvo problemas con la mutual y el último lo hice en Española de Charata, en campeonatos donde iba muchísima gente; me acuerdo que yo estaba en Española y en Pinedo Orlando salinas. Pero iba tres veces por semana a entrenar, ya no era tan, tan profesional” detalla Jorge.

“En el primer ascenso, con Aldo Marchesini, en el año 87, yo era el capitán del equipo; logramos el ascenso a la Liga Nacional A. Ricardo Giacone, Fabián Barrales que ambos habían venido de Buenos Aires, el Gringo Kotic, de capital Federal, Hugo Vega, Carlitos Sandoval, Bonfanti, y dos extranjeros fueron algunos de los integrantes de aquél equipo” señala.

“En ése momento –detalla Jorge- se llegaba a un Hexagonal final, y de allí ascendían dos. Y en ése Hexagonal, sale primero Peñarol de Mar del Plata y nosotros segundos; en el último partido de ése torneo le teníamos que ganar por 9 a Gimnasia y Esgrima de Pergamino –donde jugaba Teddy Colter, Musso, Gandoy-, y en Sáenz Peña –ya que teníamos suspendida la cancha- le ganamos por 11 y logramos es ascenso a la Liga Nacional A” cuenta con justificado orgullo Lobera.

Ya en la elite, Jorge se acuerda que “la cancha de Progre estaba suspendida por 3 o 4 fechas así que las dos primeras fechas de local la jugamos en cancha de Regatas Resistencia; la primer fecha nos toca con Ferro Carril Oeste y fue una de las veces que más gente se juntó o por ahí cerca para ver un partido de basquetbol. Incluso hubo mucha gente que no pudo ingresar.  Ferro en ése momento era Cortijo, Maretto, Uranga, DT Najnudel; una potencia Ferro en ése momento”.

Sobre su mejor recuerdo como jugador Lobera no duda en señalar a “cuando le ganamos a Gimnasia y Esgrima de Pergamino en Sáenz Peña”.

Mientras que entre las tristezas contabiliza: “tuvimos muchos ascensos y descensos; éramos un sube y baja. Perdimos muchos partidos que dolieron, me acuerdo uno que perdimos con Provincial de Rosario en cancha de Regatas que nos significó el descenso; otro que jugamos en Esperanza, con Atlético Rafaela -que tenía suspendida la cancha y donde jugaba Steve Washington-, al que fueron tres colectivos de Villa Angela a ver ése partido, y no los dejaron entrar. Si ganábamos nos salvábamos del descenso, ése fue un día muy, muy triste para Progre y para mí como jugador, que no dejaran entrar a la gente”.

Al definirse, Jorge saca a flote su humildad y cuenta: “yo lo tenía al lado al Negro Salinas, así que yo era dos-escolta; no tenía mucho talento pero tenía mi fuerte que era muy buen defensor, cuando estaba Antonio, los mejores jugadores siempre me los mandaba a mí, Siri, Cundom, Placeres; y después corría muy bien en el contragolpe, en definitiva era muy rápido y ese era un poco el básquet que quería Antonio”.

Con tantos años en primera, con tantas figuras con las que compartió el rectángulo de juego, Jorge armó su “quinteto ideal”; “le daría –dijo- prioridad al equipo que estaba integrado por mayoría de villangelenses, de chaqueños; con el que ascendimos en el 87 era muy buen equipo pero tenía dos americanos. Yo le daría más prioridad a un equipo donde la mayoría era de Villa Angela con el agregado de Gabriel Milovich. Sería Salinas, Carlos (su hermano, Lobera), José Fernández, y el gringo Martin y Milovich”. “Yo también jugué tres o cuatro años con Wolkowyski, o sea…” agrega.

Además de logros, Lobera también paso por situaciones no tan agradables, como aquél Argentino de Santiago del Estero de 1991. “Tuve una diferencia con Guillermo Arévalo (DT de Chaco), soy muy disciplinado. Tengo una formación de técnicos duros donde la disciplina era fundamental; por Progresista pasaron Don Antonio, Tatá Flores, Marchesini, Fernando Duró” comentó al respecto.

Y sobre Duró –hoy reconocido a nivel internacional por sus logros con Argentina y con sus equipos, Jorge contó que “debutó en la Liga –venía de dirigir el equipo de la selección femenina de Capital Federal, fue el año que se jugó el Mundial en Argentina – con nosotros. Ese año nosotros vamos a buscar un técnico y uno de los posibles era Fernando Duró, fuimos con dos dirigentes y yo y se arregló con él. El debuta en el mundo Liga, que en ése momento era la B –luego TNA- con Unión Progresista”.

En lo que hace a la actualidad del básquet del Chaco, Jorge, en su múltiple rol de ex jugador, técnico y también dirigente expreso “(lo veo) muy complicado, en principio con ésta pandemia con una incertidumbre total; sí veo gratas sorpresas como lo fue para mí lo de Italiana y Española el año pasado en formativas, en los logros que tuvieron. Hay que reconocer que siempre el Chaco en formativas tuvo muy buenos equipos, lamentablemente sobre todo los de Resistencia, llegan a primera y no sé por qué motivo no llegaban a desarrollar el potencial que tenían en formativas. Pero Chaco siempre fue formador de muy buenos jugadores”.

Al pedirle una dedicatoria, Jorge no dudó: “siempre mi referente fue Carlos, mi hermano; él fue mi referente en todo sentido. Como persona en primer lugar, como jugador y siempre fue mi modelo a seguir”.

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