DOLOR. Sumido aun en la incredulidad de la noticia, escribo esto para rendirle mi mas sincero, profundo y afectuoso homenaje a José Antonio Pocholo Barreto. Compañero de “mil” noches de basquetbol, Pocholo se caracterizó siempre por su don de gentes. De gente de bien. Siempre solícito para ayudar, para solucionar problemas, en fin, para dar una mano a quien se lo solicitara. Nos conocimos personalmente en mi paso por Regatas Corrientes, cuando yo lo transmitía por TV, época en la que luego él tomó las riendas de la prensa del Fantasma. Y desde entonces, nuestra amistad solo creció y creció, pasando por Argentinos, Ligas, Encuentros de Minis, lo que sea, pero siempre con una cancha y una naranja de por medio. La última vez que lo vi, con su generosidad y predisposición de siempre, fue en el partido Regatas Corrientes-Bahía Basket donde como siempre Super Basquet tenía el lugar que él le reservaba (“Si, pue!…” contestaba cuando le preguntaba si había lugar). ¡Que tremenda locura! Que en paz descanses, respetado colega pero sobretodo querido, muy querido amigo. No da para ningún otro cierre simplemente el de rogar por vos y por la fortaleza y resignación para la hermosa familia que supieron construir junto a Silvia.