TORNEO NACIONAL DE ASCENSO. “Los partidos duran cuarenta minutos” es una de las frases que se escuchan a diario en el ámbito del básquet. Y es cierta, entonces si un equipo “regala –no apareciendo, dando ventajas, siendo superado nítidamente-” tres cuartos, es difícil que gane. Y esto le ocurrió a Villa San Martín este jueves ante San Isidro con el cual perdió 77-79. Un resultado mentiroso sin dudas a la luz de lo exhibido por uno y otro en el transcurso del juego desarrollado ante un aceptable marco de público. Y como un botón vale de muestra, vale decir que la visita llego a estar 24 puntos arriba: 55-31 en el tercer cuarto. Solo un rotundo cambio de actitud del Tricolor en el último parcial hizo que la cosa se emparejara en los últimos diez.

Es que hasta allí, San Isidro, con altísima efectividad, sí; con algunos fallos de los jueces, también sí, pero sobretodo siendo más que su oponente en cuanto rubro se mide –y de los otros también- en el básquet, logro ser el dominador claro del juego.

Una tendencia que se vio ya en los primeros diez cuando, de la mano de muy buenas selecciones de pases y tiros –amén de los triples (3 acá)- San Isidro ostento ventajas de hasta 9 para cerrar ése primer parcial 23-19 arriba solo porque en el cierre Villa se acomodó un poco. Ya por entonces González (23 puntos, 8 aquí) marcaba diferencia a partir de mucho pick and roll como así también las penetraciones y descargas que Villa no podía neutralizar.

Y si los primeros 10 de Villa fueron malos, que decir de los segundos, cuando solo pudo anotar los 8 puntos que sumó Cabrera (15). Poco, muy poco sin dudas para tener enfrente a un equipo de mucho oficio como San Isidro que, aun mermando su rendimiento –hubo un período de éste parcial que realmente fue horrible- logró irse al descanso largo 41-27 arriba. Básicamente porque siguieron los triples (otros 3 acá) y Feder Ponce (11) hizo lo suyo.

La “malaria” local –quienes vieron todos sus partidos coincidían en que la de ése momento era la peor versión del tricolor en el TNA- siguió tras el descanso largo y si bien los árbitros también se equivocaron, “la culpa” no era de ellos. Así, San Isidro se encaminó hacia la máxima a favor -24, con el 55/31- con la regularidad de González –ya por entonces doble figura- y….¡si! los triples: otros 3. Así el tercer cuarto se cerró 62-44 que entrelineas se podía leer como “solo” un 21-17 a favor de la visita.

Ya en el segmento decisivo, Villa terminó de “llegar al partido” y con mucha, pero mucha actitud comenzó a limar la diferencia. Lo hizo recuperando balones que antes se le iban, ajustando decididamente la marca y con el liderazgo ofensivo de Geffrad (28, 16 acá!), Morales (21, 8 aquí) y Cabrera. Ellos, más los primeros (¡!) puntos de Carnovale (4), hicieron que Villa se colocara a solo 1: 68-69 abajo con el quinto triple de Morales. Y ya en partido, absolutamente, fueron “los detalles” los que condenaron al tricolor a sumar su segunda caída consecutiva en casa y la cuarta en fila. Porque en la visita siguió González pero básicamente apareció Kelly para, desde la línea, ser implacable y sellar el 79-77 para la visita que, por lo visto a lo largo de todo el juego, fue mezquino para el ganador y benévolo con el perdedor.

GALERÍA DE FOTOS (Gentileza Rubén Peralta)