“Las del Parque” destruídas tras la Bienal

INSTITUCIONAL (Colaboración Guillermo Cabaña). Más de 300 jugadores de basquetbol, entre federados y amateurs, se quedaron sin su amado espacio deportivo: el parque 2 de Febrero. Es que las dos canchas, donde diariamente iban a sacarse las ganas, fueron desarmadas, en especial las jirafas.Los eventos realizados durante la reciente Bienal de Esculturas no tuvieron el cuidado ni respeto suficientes para proteger los sectores donde se desarrollan actividades deportivas y las consecuencias fueron nefastas.
Una vez finalizado el acontecimiento cultural, la gran cantidad de jugadores esperaron un par de días para ir a sacarse las ganas luego de al menos dos semanas sin poder ir a hacer ejercicios físicos, con la americana en movimiento.
Pero la dolorosa sorpresa fue que lo que era su cancha (literalmente hablando porque ellos mismos se encargan del mantenimiento), se había convertido en una especie de territorio de guerra.
Pisos deteriorados, pintura gastada, sectores perimetrales destrozados y el puñal al corazón: el corte del metal de las jirafas que sostienen los tableros.
Estas estaban fijas en una base de cemento y algún iluminado decidió cortarlos con soldadoras para hacer espacio y así disponer de mayor lugar para colocar gazebos. Una vez terminada la Bienal, se supondría que serían colocadas de nuevo, pero no fue así.

DOLOR, PERO SIN BAJAR LOS BRAZOS
Los basquetbolistas hicieron saber en las redes sociales su malestar contra los organizadores, vaya a saber quién, aunque muchos piensan que la Fundación Urunday es uno de ellos. Pero nadie se hizo cargo.
«Claro, no hacen deportes entonces no les importa», fueron una de las palabras publicables de miles de insultos mucho más subidos de tono que se conocieron.
No fueron pocos los que recordaron el sueño de algún conocido artista de convertir todo el predio en un museo a cielo abierto en la totalidad del parque 2 de Febrero, en detrimento de los miles que hacer actividades físicas diariamente.«Parece que al fin su sueño se cumplió», expresaron los más sensatos.
Si bien ansían que alguna autoridad, estatal, municipal o privada, se encargue de rehacer lo que se destruyó, no se quedaron de brazos cruzados y se pusieron a organizar la colocación de las jirafas.
Por ello, solicitaron a uno de ellos, reconocido empresario, que les facilite una grúa para levantar las columnas para soldarlas de nuevo en las bases. En eso están actualmente, pero la tarea demandará tiempo que ellos no pueden dar del todo ya que también tienen sus vidas propias.
También deberán ver el estado de los tableros y de los aros, conseguir nuevos juegos de redes y repintar la cancha.
Seguramente por cuestiones que escapan a sus posibilidades materiales no se encargarán de los laterales, cruzando a la vez los dedos que las futuras obras en el sector que ejecuta el municipio se dediquen a esos menesteres.

AMOR AL DEPORTE
Las dos canchas de básquet del parque 2 de Febrero son hace al menos 40 años utilizadas diariamente por miles de jugadores de varias generaciones.
Pero últimamente, y quizás aprovechando la inversión de ellos, se sumaron actividades del Profesorado de Educación Física y de escuelas de hockey, que, al ver el buen estado de los espacios, las ocuparon sin ningún tipo de vergüenza. Total, saben que los basquetbolistas siempre se encargan de la mantención.
Pero este nuevo golpe caló hondo en esta gente amante del baloncesto. En anteriores Bienales sufrieron alteraciones en sus canchas, pero jamás imaginaron semejante atrocidad.
«Ojalá que en la próxima Bienal se respeten los espacios deportivos, entendemos lo importante que es este acontecimiento para todos, pero pedimos que no destrocen, es como si nosotros vandalicemos obras de arte, solo queremos jugar en un sector que nosotros los mantenemos en buen estado», dijeron.

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