Eduardo Siri, el hombre naranja que se fue

Siris

HOMENAJE. Hace dos semanas se apagaba la vida de quien fuera un “hombre naranja” casi toda su existencia. Don Eduardo Siri. Sí, el papá de Ricardo, el actual presidente de Villa San Martín. En su longeva -93 años cumplidos el pasado 9 de marzo- y productiva vida, Eduardo Siri se mostró como un activo integrante de la comunidad en su rol de dirigente deportivo. En la medianía de sus 20 años –recién llegado a la provincia- ya asumió como secretario de la Comisión Directiva  de Villa que presidía Remigio Borque.

También muy joven asumió la presidencia de la Federación Chaqueña de Basquetbol (FChB). Y su primera gestión fue un viaje a La Pampa –caminos de tierra por entonces, lo que hizo que la travesía durara varios días- donde el capitán del equipo –Pradolima, de 34 años, ejecutante del acordeón además- era mayor que él. Esa gestión como titular de la FChB, duró 12/14 años durante los cuales tuvo presidentes “amigos y no tanto” al mando de la Confederación Argentina de Basquetbol (CAB).

Y su máximo evento fue el Campeonato Argentino de Mayores del ´73, que se desarrolló en el Parque 2 de febrero como sede central con subsedes en Regatas Resistencia y Sáenz Peña, en el polideportivo. Con el detalle que tanto en el Parque como en Sáenz Peña las canchas eran abiertas. Otro detalle es que en ésa época, “a los Argentinos concurrían los 24 equipos, estaban representadas todas las Federaciones” aclaró alguna vez quien se sorprendiera genuinamente cuando Ricardo presentara a quien escribe como “especializado en basquet”, algo insospechado en su época de activo dirigente.

Acompañó a Ricardo cuando este se hizo cargo de la Asociación de Basquetbol de Resistencia (ABR), como presidente del Tribunal de Disciplina; después cuando estuvo en la Federación también.

En Villa, fue presidente de la subcomisión de basquetbol en la época que se lo trajo a Steve Washington- el primer norteamericano en pisar las canchas chaqueñas- durante la presidencia de Figueroa al que “encaraban” junto a Ricardo –este como capitán del equipo- para esta y todas las cuestiones que hacían al Villa de ése entonces.

Como uno de sus máximos recuerdos, más allá de los innumerables momentos vividos, queda el reconocimiento que le hizo la CABB cuando se llegó –a través de su entonces presidente Horacio Muratore- hasta aquí, el Chaco, para entregarle la máxima distinción que ésta otorga en un acto realizado en la Casa de Gobierno. Nos dejó Don Eduardo pero su legado de compromiso y amor por la naranja quedó y perdurará.

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