OPINION. La patada que le dio Carlos Delfino al cartel publicitario tras su salida, sintetiza en plenitud lo que sintió todo aquél amante de la Naranja argentino. Y no solo por lo que en ése momento se estaba viviendo en particular, sino por todo el desarrollo del desastroso debut de Argentina -caída ante Bahamas- en el Pre Repechaje que se juega en Santiago del Estero. El DT Prigioni hizo pública su intención de infundir al equipo un estilo de juego que -a la luz de los resultados- está lejos del “sentir argento”. Es que Argentina hizo 37 (¡!) puntos en un cuarto -el primero- pero también recibió 25 en el mismo período, un “tanteador NBA”. Y tras ello (Argentina llego a ganar por 18: 31-13), otra vez -como ya sucediera en la más que dolorosa derrota ante Dominicana que costó no poder ir al Mundial- se vino la noche  y desde el banco nunca se frenó esa sangría. La verdad, es que viendo estas dos ultimas presentaciones de la Argentina de Prigioni, ésta se encuentra muy lejos de lo que alguna vez se consideró -a la Albiceleste- la “cuarta escuela” de como jugar basquet. Ver esta Argentina -como ya pasara en la clasificación al Mundial- es ver un equipo que no es tal, que no muestra cohesión como conjunto y que por ende cuando necesita fortalecerse desde ése lugar -el de equipo- no lo logra. ¿ Que hay talento individual? Por supuesto -para destacar lo de Caffaro anoche ante los bahameños- pero ya quedó demostrado que no basta. No al menos si se tiene intenciones serias de volver a ser protagonistas. ¿ Y si volvemos a las fuentes? Así por lo menos “moriríamos con la nuestra” y Prigioni sería consecuente con aquéllo de “nunca convocaría a un extranjero para defender los colores de Argentina”, cosa que hoy SI está haciendo con ésta filosofía de juego.