Daniel Racigh, el DT que dejó su impronta en el basquet de Resistencia

PRIMERA-HISTORIA. Daniel Racigh nació en Gálvez, Santa Fe, se crió en Carlos Paz donde fue jugador y entrenador, pero además se metió en la historia del básquet de Carlos Paz por ser uno de los promotores de la creación del Club Sarmiento, al que dedicó gran parte de su vida, al punto de lograr la construcción del estadio cerrado que hoy lleva su nombre, pero que le costó sufrimientos que hoy los recuerda pero sin arrepentimientos. Por esas cosas de la vida que no son necesarias contarlas, Resistencia se presentó como una oportunidad para recomenzar su vida y vaya que le dio sus frutos, ya que tres de sus cinco hijos son chaqueños.
Fue en los 80 y parte de los 90 cuando Racigh tomó las riendas de dos equipos de la capital: primero fue Juventud de Villa Centenario y luego lo siguió Don Bosco, al que lo llevó a acariciar el título de campeón provincial.
El cofre de los recuerdos muestra como era Daniel como entrenador: Apasionado, estudioso, con personalidad e imponiendo su forma de ver al básquet, respetando siempre a aquel jugador que entrenaba y hasta darse el lujo de hacer esperar a figuras que pedían cancha pero que se habían incorporado al plantel un mes después sin hacer la pretemporada.
Pero no olvidó a varios de sus dirigidos ni hechos deportivos que lo marcaron, como aquel triunfo de Juventud sobre For Ever que le permitió seguir en primera “A”, cuando los torneos de la Asociación de Basquetbol de Resistencia tenía dos categorías.
“Mi mejor jugador era Norberto Escobar, pero recuerdo a Daniel Sandoval, Coquito Ramírez, Tofanelli, Vicedo, pero en aquel partido contra For Ever ganamos con un triple de Joselo Fernández, quien después fue figura en el fútbol nacional”, expresó Racigh, contando además que el gran defensor central de equipos como Regional, Argentinos Juniors, For Ever, llegó a jugar en Instituto de Córdoba, lugar donde se reencontraron alguna vez.

Pero Daniel tenía algo más para recordar: en aquellos tiempos como técnico de Don Bosco, “me tocó tomar el equipo tras la ida del técnico anterior y a pocos días de comenzar el Provincial, como tenía un vecino que trabajaba en Canal 9 y en esos días pasaban los partidos de básquet por televisión, me dio videocasetes de los rivales que debía enfrentar y así estudié los movimientos para luego mostrarles a mis jugadores”.

En ese equipo salesiano estaban los hermanos Kilo y Juan Valussi, Walter y Hugo Melli, Horacio Ferreyra, Cazzaniga y Pablo Goicochea, mientras que un joven Alejandro Acosta empezaba a pedir cancha. “También había un pibe en las inferiores que me gustaba mucho, Javier Carrasco, con cuyo padre hice una linda amistad”, indicó.

Hoy Racigh despunta el vicio viendo a su nieta en Sarmiento de Carlos Paz pero se mantiene muy en “onda” al compartir reuniones con otros entrenadores y dirigentes de renombre, como Roberto Germanetto, Walter Garrone y un tal Rubén Magnano.

Se podría hablar mucho más pero por ahora alcanza para decir que esta reunión sirvió para cumplir el pedido de un amigo como Silvio (entregarle sus “Tanteador Centenario 1 y 2″) y terminar con el resultado de forjar nuevos lazos con personas de bien y, por si fuera poco, que llevan al básquet con el mismo amor que muchos.
Nota y fotos de Guillermo Cabaña
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