LIGA NACIONAL. Unión Progresista de Villa Angela volvió a perder ante Obras Sanitarias de la Nación -esta vez 93/82- y de ésa manera fue barrido por los capitalinos en la serie de Permanencia que ambos protagonizaron. Así, Las Aguilas perdieron la categoría, regresando al TNA, competencia del que habían sido campeones en la temporada 2011/12. Una serie de circunstancias que exceden largamente este último resultado -dado este miércoles en el “Carlos Mona Lobera”-, llevaron a que la ilusión de pertenecer a la máxima categoría del basquetbol nacional se diluyera en  pocos meses (N.deR.: Progre ascendió en mayo del año pasado).

Cargar culpas o responsabilidades ahora no sirve de nada. Pero sí sirve un análisis profundo de porqué -más allá de lo deportivo, se reitera-, se llegó a este paso tan efímero -como aquél que protagonizó el mismo Unión Progresista hace un cuarto de siglo atrás- por la máxima expresión de uno de los cuatro mejores basquet del mundo.

Y a éste análisis No escapa nadie. Desde el poder político hasta la comunidad -de TODO el Chaco en éste caso- misma que una vez más se posicionó como espectador antes que como protagonista de un proyecto que no terminó de cristalizarse. Con los resultados puestos, llueven las preguntas, pero sin dudas la crucial es ¿Está el Chaco preparado-en condiciones, de tener un equipo en la hiper profesional máxima categoría? Y la respuesta, para Súper Basquet, es un rotundo SI.

No porque la provincia atraviese un gran momento en su contexto general, sino fundamentalmente por la base de la que se dispone para armar un equipo genuino, es decir con material humano propio, con todo lo que ello conlleva. Desde lo económico hasta el compromiso. Y ¡ojo!, con esto no se quiere decir que a los que esta temporada vistieron la casaca albirroja les haya faltado éso, compromiso. Simplemente se va a lo que hay: un resultado global adverso y con escasa participación de los coterráneos. Sean -se reitera- éstos jugadores, técnicos o dirigentes, desde lo político hasta de la comunidad misma (N.de R.: Progre no tuvo un mejor prespuesto porque, entre otras cosas, no se uitlizó bien la Ley de Sponsorización pero también por la histórica apatía del arco económico local hacia los representantes deportivos provinciales) pasando obviamente por lo deportivo.

Así, más que buscar responsables, es tiempo levantar la vista, frenar el pique y ver para dónde encarar. Con convicción -porque, se reitera, material hay-, pero con un plan elaborado y de base sólidas, optimizando recursos en su distribución y aplicación. Como dice un tuit por alli “hasta luego LNB”.